Personajes - Sarah Eccleston


SARAH ECCLESTON.

UNA MAESTRA EJEMPLAR

Una calle de la ciudad lleva su nombre. Pero quien fue Sarah Eccleston? Pocos sabrán que fue una maestra que fundo el primer jardín de infantes del país en la Escuela Normal de nuestra ciudad, pero esta nota de Emilia Elizar, realizada para El Diario, cuenta mas en detalle parte de su vida a través de la profesora Estela Gambelín que estuvo en contacto con las raíces de Sarah Eccleston.

En el libro Los 65 Valientes, Alice Houston Luiggi cuenta la historia de docentes estadounidenses que viajaron a la Argentina desde aquel país del norte, entre 1869 y 1898. Allí estaba Sarah Chamberlain de Eccleston, la fundadora de los primeros jardines de infantes de estas tierras. Casi un siglo después de su muerte, una entrerriana desandó los caminos por los que la mujer anglosajona caminó, entretejiendo los fragmentos de historia de Sarah en su pueblo natal.


Estela Gambelín, docente de Paraná y creadora del instituto de inglés que lleva el nombre de Sarah Eccleston, viajó a Estados Unidos para contar la historia de la maestra estadounidense que tuvo a su cargo la creación y supervisión de la enseñanza de nivel inicial en nuestro país. En el viaje, recorrió el lugar desde donde la maestra había partido, en 1883.
“En el verano del 76 decidí cumplir mi deseo de prepararme para ser maestra de jardín de infantes, a pesar de la oposición de mi madre, hermanos y parientes. Quería ser independiente, y no depender de ellos, quienes pretendían mantenerme a mí y a mis hijos”, dice el diario de Sarah Eccleston.
En el momento en que expresaba la frase, decidía emprender viaje hacia Philadelphia, donde recibió capacitación en ese nuevo ámbito de enseñanza, en la Escuela Normal de la Señorita Ruth Burrits y, en 1880, Sarah iba a Winona (Minnesota), donde fundó el primer jardín de infantes en el departamento de capacitación de la Escuela Normal de Winona.

EDUCAR. Allí comenzó a desentramarse esta historia, la que narra la relación de esta mujer con la Argentina, y viceversa. Tres años más tarde, aceptaba una invitación para sumarse a un grupo de maestros norteamericanos que viajarían al país, ante la propuesta del gobierno argentino para ayudar a establecer un sistema de educación pública. La idea había sido iniciada por Domingo Faustino Sarmiento, durante su presidencia (1868-1874).
Ocurre que “Sarmiento había vivido en Estados Unidos. Eso hizo que tuviera relación con Horace Mann, padre de la educación de ese país”, explicó Estela Gambelín a EL DIARIO. Mirando el modelo norteamericano, “al ver que en el país del norte se iniciaba la educación preescolar, pensó hacer lo mismo acá. Alcanzó a traer 65 maestras normales y entre ellas una maestra jardinera, que era Sarah Eccleston”, dijo.
El 4 de agosto de 1884, la maestra estadounidense creaba las primeras aulas argentinas de jardines de infantes, contó Gambelín.


ENCUENTROS. Sarah Chamberlain nació en Lewisburg, el 8 de abril de 1840, y creció en esa ciudad. A más de un siglo del arribo de Eccleston, Gambelín recorrió los caminos por los que la maestra anduvo. Las calles de los juegos de la infancia, la escuela de señoritas, la antigua casa donde vivió, el negocio de los padres. Estela Gambelín se emocionó al describir el recorrido que transitó a principios de año, entrelazando las piezas de una historia que siente como propia. El viaje no fue demasiado largo, pero bastó para completar una parte de la historia que une a los dos países.
A partir de 1990, “empezaron a surgir algunas leyes educativas nacionales donde se disponía la enseñanza de idiomas extranjeros en la primaria. Los institutos del profesorado hasta ese momento debían formar docentes para enseñar en la escuela pública, en secundaria. Las docentes estaban formadas para enseñar a adolescentes”, explicó Gambelín. Decidió entonces crear un Profesorado de Inglés que diera respuesta a esta demanda, que lleva el nombre de Sarah Eccleston.
El nombre también era elegido por un vínculo especial con la historia de la mujer, porque Gambelín había tenido la oportunidad de estudiar en universidades de Pennsylvania.
“En Estados Unidos había gente investigando, estudiando la vida de las mujeres que salieron de ese país como docentes, como enfermeras y que tuvieron un rol preponderante en esa época, a fines del siglo XIX”, contó.
Tiempo después, investigadores de una universidad, en la ciudad de Reading, se contactaban con ella, con la intención de que les aportara información sobre Eccleston. “Con lo que yo tenía más lo que había en el archivo de la Escuela Normal, acerqué más información a la gente de Estados Unidos. Entonces ellos se vieron interesados en que yo estuviera presente en la universidad y que diera algunas conferencias”, contó la docente. Así lo hizo. Viajó a Pennsylvania, y allí, además de realizar un aporte sobre la historia de Sarah, pudo encontrarse con quien es la tataranieta: Laura Ruckle.
“Cuando vi a esta señora, mayor, de cabello bien blanco y con algunos problemas de salud, me pareció verla a Sarah Eccleston. Me embargó una emoción tremenda. Ese lazo emocional fue muy importante”, expresó Estela Gambelín.
Allí se dio cuenta de que la familia de Sarah no conocía gran parte de su historia. En general, en aquel país “no la tenían en el primer nivel educativo, como ocurre en la Argentina. Eso significó un poco un revuelo”, indicó.
En el lugar la esperaban los medios de Harrisburg, Philadelphia y Lewisburg, curiosos por conocer sobre la vida de la maestra que nació allí.
“La esperanza de preservar el legado de la educadora”, titulaba uno y la noticia sobre la docente argentina que llegaba a esas tierras para contar parte de esa historia, continuaba: “Sarah Chamberlain Eccleston no puede ser un nombre familiar en Pennsylvania, pero ella es conocida como la ‘abuela del jardín de niños’ en la Argentina”. Así lo describía por esos días Greta Cuyler, en un artículo publicado en Reading Eagle.


Fragmento de un artículo publicado en el país del norte
“Recientemente, Laura Lee Ruckle tuvo una visitante de la Argentina. Ruckle es bien conocida como maestra de arte en el Distrito Mifflinburg School, donde enseñó desde 1965 hasta 1989. Debido a su pasión por el arte, es ampliamente conocida en todo el Valle de Susquehanna, sin embargo, poco se sabe de su conexión a la Guerra Civil.
Su bisabuela, Sarah Eccleston, de soltera Chamberlin, era de Lewiston, y se había convertido en una enfermera durante la Guerra Civil. En 1883 se fue a la Argentina para establecer jardines de infantes”.
(Texto del periódico Mifflinburg Telegraph Weekly Newspaper, donde se publicó la nota con el título “A Visitor from Argentina”, el 11 de febrero de 2011).

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