Los Charruas Entrerrianos - Macia

CHARRUAS ENTRERRIANOS

Macia, Entre Rios

Son charrúas entrerrianos que viven en el centro de la provincia. Gracias a un arduo trabajo de investigación lograron reconstruir instrumentos musicales y rescatar vocablos y costumbres de sus ancestros.


SÍ. A pesar de las negaciones de cinco siglos y la ignorancia de los libros escolares, de la cultura blanca y europeísta, en contra del tabú del crisol de razas, el mestizaje y de la afirmación de que la historia de esta provincia comenzó hace poco, ellos están vivos.
Prefieren que se los llame charrúas entrerrianos, para afirmar aún más (si fuese necesario) la identidad de la etnia a la que pertenecen, que supo habitar sin límites los montes que se extendían de este lado del río Uruguay.
Son el invalorable eslabón de una larga cadena que nunca se cortó y que une el presente con los orígenes más remotos.

JAGUARES. Se llaman “Los jaguares del monte” y se dedican a vivir la música, los sonidos, las palabras y las historias de sus padres charrúas. Sus nombres, Xiomara Frontera, Mirta Martínez, Gustavo Broun y Marina Varela ya resonaron en todo el país porque en la última edición del Festival de Cosquín, en Córdoba, participaron de la cantata Taky Ongoi, de Víctor Heredia, junto a otros representantes de etnias americanas.
Son de Maciá, departamento Tala, y siguen los pasos de Rosa Albariño, una destacada investigadora de Villaguay que desde hace 20 años bucea en la memoria colectiva de su gente pararescatar los contenidos de una cultura que lucha por no sucumbir.
Ellos pertenecen a la activa comunidad Pueblo Jaguar, del centro de la provincia, y se muestran orgullosos de su pasado y su presente.
Así, han reconstituido instrumentos musicales que usaron sus ancestros y que se fueron perdiendo a causa del olvido, la marginación y la condena que la cultura blanca ha impuesto a este tipo de expresiones.
“Todos los instrumentos son de percusión”, contó Marina Varela luego de su actuación en Cosquín. “Usamos caracolas grandes y chicas, tambora, que es un mate, sonajeros de pezuñas, que son un poco más chicos que el que usan los norteños”, precisó.
La música que hacen está basada en voces y percusiones que imitan los sonidos del monte, como se oían cuando la nación charrúa recorría y habitaba gran parte de nuestra provincia.

MOVILIZADAS. “Sobre todo, las mujeres estamos movilizadas y nos dedicamos a recuperar nuestra cultura que fuimos conociendo por transmisión oral”, contó Marina. En ese sentido, resaltó la figura de Rosa Albariño, quien desde hace 20 años trabaja para que las raíces charrúas no se pierdan en las redes de la globalización. La Comunidad Pueblo Jaguar está empeñada en el mantenimiento de la lengua, usos ycostumbres que les son propios.
“A todo esto lo hemos recibido por tradición oral de nuestros abuelos. Hay un trabajo de años en esto, que nos permitió rescatar la música anterior a los 500 años de conquista, de todo lo que fue la gran Nación Charrúa en Entre Ríos que se conforma con los yaros y minhuanes”, subrayó e insistió que se aclare la pertenencia entrerriana de su grupo. “Somos los mismos charrúas que los de la Banda Oriental, pero tenemos algunas diferencias marcadas por el paisaje y la geografía”, especificó.
Como el monte, estas voces se niegan a desparecer, no se dejan arrasar y luchan contra la indiferencia y la prepotencia.

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