El norte santafesino con huellas de La Forestal (5ta. y última parte):


Mural en la fábrica de La Forestal en Villa Ana. Foto: www.pampagringa.com.ar

Fábrica de tanino de La Forestal en Villa Guillermina. Foto: www.pampagringa.com.ar

Campamento Cultural "Corazón de Quebracho" en Villa Guillermina. Foto: www.pampagringa.com.ar

Casa del gerente de La Forestal en Villa Guillermina. Foto: www.pampagringa.com.ar

El norte santafesino con huellas de La Forestal

Bailanta en el obraje. Archivo de La Gallareta. Foto: Lilia Fontana.

 La fisonomía: 

Los monumentos inmuebles, que sirvieron de casa habitación a los empleados, después de más de 100 años de haberse construido, se encuentran, en una proporción importante, intactos. Ello habla a las claras de la tecnología que se aplicó, teniendo fundamentalmente en cuenta las condiciones climáticas de la zona, o sea que nada se importó o copió. Se desarrolló dicha tecnología en estos suelos. Como ejemplo de ello, se considera aun, que los materiales utilizados, y propios de esas latitudes como la caña, barro, pasto y cenizas, son los más apropiados para aislar las altas temperaturas, del largo verano boreal y del frío húmedo del corto invierno. Aún hoy, las casas disponen de esas cualidades, solamente superadas por el uso de materiales, muy modernos y extraños a la zona.

Pero, más allá de lo imponente de las casas como monumentos aislados, es que ellas se dan en un contexto de pueblo. En una “urbanización”, variable, para cada uno de los 5 enclaves. En caso de Villa Guillermina son 170 manzanas, en la que se distribuían más de 500 casas de empleados y construcciones de servicios (estación de trenes, almacenes, depósitos, correo, comisaría, escuelas, iglesia, etc.).

La expresión patrimonial, son los pueblos: Villa Guillermina, La Gallareta, Villa Ana, Tartagal e Intiyaco; los edificios, las casas, la instalación de bienes y servicios, son las partes de ese todo histórico cultural. Cada uno de ellos mantiene sus características propias y un solo sello de confección, en lo que hace al estilo, a su dinámica no actual y a su finalidad específica. Los proyectistas y constructores, han tenido una gran libertad al momento de conformar cada una de estos pueblos. Es así que todos ellos son diferentes. Y dentro de ellos, hay calles donde todas las casas son de diferente estructura, o confeccionadas con distintos materiales. 

El paso del tiempo, el retiro de la Empresa, dejó librada las propiedades a los adquirentes o a los moradores intrusos, de manera que, hoy día cada casa, cada edificio, cada calle, ha sido usado y conservado de diferente manera, al desaparecer los fines específicos para los que fueron construidos. En algunos casos, las construcciones y sus entornos, han permanecido intactos, otras yacen hoy ruinosas, abandonadas o muy modificadas. Los principios de uso actual, son muy diferentes a los de antaño. Pero no deja de sorprender muchos casos de casas en perfectas condiciones de habitabilidad. En el pueblo de La Gallareta, las modificaciones a las casas, edificios y estructura urbana, han sido muy importante. En Villa Ana, las modificaciones han sido mínimas, encontrándose casas intactas, pero muchas de ellas en estado de total abandono. 

Aspecto cultural:

Desde junio de 2008 se realizó un relevamiento de los pueblos forestales que consistió en el rescate, de lo más característico de las construcciones, de las casas de los empleados y de lo que queda de las fábricas.

Al mismo tiempo, se recogieron los testimonios de las historias de cada pueblo, aportados por los ya escasos ex empleados de La Forestal o sus contratistas, sub- contratistas y familiares. 

La actividad fabril y forestal, el modelo socio – económico - cultural que deviene de este encuentro entre idiosincrasias diversas, dejó profundas huellas en la cultura de la gente que vivió y vive aún en la zona y, que de alguna manera, fue influenciada por la dinámica impuesta por los empresarios extranjeros. 

Ello conformó una fusión cultural y sociológica intrincada, sólo comprensible si se adentra en lo profundo de la historia y en la dinámica de la población y su mixtura. 

En el momento del cierre de las fábricas y del despido de empleados, se produjo la inevitable emigración poblacional. La misma provocó la pérdida de muchos registros y testimonios, quedando fragmentarios recuerdos que, con esfuerzo, están rescatando los actuales pobladores de la zona. 

Esta tarea diaria y anónima, de re - construir el pasado para enraizarlo en el imaginario popular, es hecha por vecinos muy conmovidos por los fragmentos intangibles que, sin querer, se encuentran, contrastados y corroborados por los elementos físicos todavía en pie. 

Reconstruir en esas condiciones y, mayormente, sin recursos económicos y especialmente, técnicos, es encomiable. Los alienta su puro entusiasmo, al verse protagonistas del descubrimiento de un mundo perdido, lleno de tesoros. 

Pequeños grupos de personas, en las distintas localidades, son los que han tomado esta tarea de rescate. Intentan basar su esperanza de prevalecer y proyectarse, en lo único seguro y efectivo: la educación; desde una postura que busca vehementemente los rasgos de identidad que le son propios y la construcción de un marco cultural de pertenencia y referencia. 

Por ello, el Segundo Campamento Cultural (Corazón de Quebracho) de Villa Guillermina, El Museo y Biblioteca de La Gallareta, la Municipalidad de Santa Ana, etc. interactúan con niños mayores y adolescentes, al tiempo que también lo hace con mayores educadores y público en general, con el único objeto de que se conviertan en agentes multiplicadores. Y así lo son, aunque también saben que el camino de retorno de las respuestas es largo, como todo lo que se hace en educación social pero, también, conocen que es el de más segura repuesta.

Al mismo tiempo, las motivaciones de pertenencia y de identidad, juegan un rol preponderante en este grupo que se expande. La insatisfacción manifiesta junto al deseo vital de saber y de ser, llevan a la indagación acerca de las raíces. Proceso que se está dando en estos momentos. 

Es posible no llegar a comprender plenamente el por qué se da en este tiempo. Se necesitaría un estudio sociológico profundo. Dicha labor trasciende los alcances del presente trabajo. Una explicación posible dada por el director del Campamento Cultural, el Prof. Rodolfo Martínez, es que se dan condiciones de mayor liberación de las conciencias sociales e individuales, al tiempo que, la necesidad de reconocer las fuentes de su cultura son ya, incontenibles. 

Es que el pueblo ha sido postergado y reprimido por mucho tiempo. Esto, tarda mucho en diluirse de las conciencias colectivas, la censura y el miedo, han calado hondo. Muchos años han pasado, casi dos generaciones, aportaron el bálsamo que permite la maduración de lo ya impostergable, la necesidad de lograr el respeto y la dignidad negada en la historia.

Esas personas existen y viven allí, en esa geografía, en ese contexto. Hoy aparecen sus lejanas referencias, hoy maduran sus anhelos, hoy reclaman su integración y reconocimiento. Su rescatada y fragmentaria cultura, es el aglutinante con fuerza de sinergia. Los valores, las tradiciones, los principios... contrastan con los de una sociedad que olvida, reprime y sólo piensa en el consumo. 

No existe más una historia negra o blanca de La Forestal. Existe la historia de La Forestal. Existe una aprehensión de vivencias, motor de anhelos y proyectos de posibles futuros. Están dadas las bases para hacer a partir “de...”, “... hoy conozco, asumo, me integro y quiero...”. Es la encarnación más pura del concepto de “Cultura”, “... lo que es nuestro, lo que somos, lo que queremos ser...” 

Y como informantes de ésta, una realidad gigantesca, casi inabarcable e inconcebible para el sentir urbano y globalizado, como equipo responsable de una tarea técnica, no se puede menos que involucrarse en esta realidad de la gente y vivenciar, con cierta angustia, el hecho de extrapolar limitadamente esta experiencia vital. La descripción técnica es, hasta poco noble y más bien acotada. 

No obstante, no se deja de observar, un cierto dejo de añoranzas de tiempos pasados y confusión. La Forestal que dio y quitó. La Forestal que oprimió y posibilitó que conocieran otras realidades, La Forestal que explotó a las personas y las sociabilizó. La Forestal que impuso su carácter de dominación y con ello creó una conciencia, culturalizó, e internalizó costumbres, maneras de pensar y de actuar. 


La música y las danzas, los mitos y creencias, las creaciones de adornos y utensilios, las vestimentas, los platos y comidas, costumbres y su religiosidad popular. Todo ello es original. La cuña boscosa de Santa Fe, el ejido de influencia de la ex taninera La Forestal, es un enclave cultural diverso en la provincia, digno de apreciar y valorar. 

Fuente: Diego Nicolau. www.pampagringa.com.ar

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Foto: Lili Fotana.

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