Rosario - La Torre de Guido
LA TORRE DE GUIDO
En 1929, en Rosario, Ángel Guido erige un majestuoso Correo, con una torre de 80 metros y un estilo fusión entre las herencias indígena y española.
En 1930 llega desde Buenos Aires la orden de demoler la torre. ¿La Iglesia no quería una torre que le hiciera sombra a la catedral? ¿Fue un problema político? La torre se desarma.
Pero Guido estaba entusiasmado con esa torre y finalmente la construye, muy cerca...
7 de octubre 1925.
Se coloca la piedra fundacional del nuevo edificio del correo de Rosario.
El acto formó parte de las jornadas de festejos del controvertido segundo centenario de la ciudad. Fue el
presidente Marcelo T de Alvear, quien soportó la maratónica puesta de piedras fundamentales de varios
monumentos y edificios locales; entre ellos el del Correo de Rosario.
En 1929 el arquitecto Angel Guido diseñó para la sede del Correo, una espléndida torre de 80 metros,
unos 10 metros más alta que la del Monumento a la Bandera, que tendría a modo de coronación, tres figuras
gigantescas alusivas al comercio, la ganadería y la agricultura
La esplendorosa estructura de hierro, se alzaba
imponente sobre el esqueleto del moderno edificio,
cuando en 1933, llegó la orden del Ministerio de Obras
Públicas de la Nación, de tirarla abajo. Los argumentos
esgrimidos fueron presupuestarios, algo que no
convenció a los rosarinos.
Entre las hipótesis sobre las razones, están: la que
decía que la Iglesia no quería un edificio más alto que la
Catedral, y que el Correo de Rosario no podía ser más
alto que el de Buenos Aires.
De todas maneras las instituciones más importantes de la ciudad se movilizaron para evitar la
demolición. El intendente Esteban Morcillo viajó a Buenos Aires para pedir se anulara la orden.
La
impetuosa torre daría identidad al la exultante ciudad, lo que podía resultar algo molesto.
Fue durante el gobierno de Uriburu, que se tomó la
decisión de paralizar la construcción. Sin embargo la
intención de que Rosario no tuviera su monumental y
molesta obra, trascendía este gobierno, pues, la orden
del Ministerio de Obras Públicas llegó en 1933, durante el
gobierno de Justo.
La historia de la Torre de Guido está registrada en un
documental de la realizadora rosarina Sonia Helman, que
puede verse en internet.
Recordemos que por entonces Rosario se jactaba de
no regirse por la protección oficial, ni por las
inestabilidades políticas nacionales, sino por la sólida
conformación de su comercio e industria.
En 1931, había
accedido al poder provincial, el PDP, que estaba
empeñado en terminar con las acciones fraudulentas de
los conservadores, algo sumamente molesto, por otra
parte.
En 1935, el gobierno nacional interviene la provincia, la segunda intervención en poco más de cinco
años, coartando la influencia política de la impresionante figura de Lisandro de la Torre, quien hasta ese
momento se había mostrado como adalid en la lucha por la libertad de sufragio, y la honestidad
administrativa. Sin líder, ni monumento Rosario sería menos peligrosa.
Demás está decir que la tarea de demolición
superó ampliamente el dinero previsto para la
terminación de la obra.
Pero la torre no se extinguió, sino que el
arquitecto Guido la resignificó, en su
Monumento a la Bandera, que desde su actual
posición, a nivel del río, no ofendería ni al Dios
del cielo, ni al de la Nación.
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