Los Lapachos de Puerto Rico, Misiones
LOS LAPACHOS DE PUERTO RICO, MISIONES
Un lapacho es cortado y retirado de las calles de Puerto Rico.
Ya son un ícono de la ciudad. Enbellecen las calles, brindan sombra, hogar a las aves y a las plantas epífitas. Algunos de estos hermosos árboles ocasionan problemas, y por eso lentamente estamos siendo testigos de su desaparición…
En la ciudad de Puerto Rico, la gran mayoría de los lapachos fueron plantados hace casi 3 décadas, durante la intendencia de Silvinus Schoffen.
Pero hoy, habiendo alcanzado un porte importante, comienzan a generar molestias a algunos vecinos. Es así que cada año la Municipalidad da lugar a algunos pedidos de extracción debidamente fundamentados en interferencia con cañerías, obras públicas, etc. Con buen criterio a mi entender, no todos los pedidos de extracción son autorizados.
Pero el hecho es que lentamente estamos siendo testigos de la desaparición de estos árboles.
Esta semana causó malestar y polémica el apeo de dos árboles de lapacho negro (un tercero quedó inconcluso, muy podado pero con el fuste aún en pie) que estaban ubicados en la vereda del complejo del Polideportivo ISAM de esta ciudad. Y es qué esta es una de las calles más fotografiadas de la ciudad en la época de floración de los árboles.
El apeo, según trascendió en los medios, fue en respuesta a un pedido de la Hermana Superiora a cargo del Instituto de Enseñanza ISAM, fundamentado en la rotura de la vereda del Polideportivo de la Institución.
No faltaron voces a favor y en contra del apeo.
Quienes están a favor del apeo manifestaron que los árboles habían sido mal plantados, porque se debería haber utilizado un “tubo de hormigón” para contener a las raíces; que los lapachos no son árboles aptos para veredas, que las raíces representan un peligro para transeúntes, etc.
Quienes defienden a estos árboles y al símbolo que representan para la ciudad, manifestaron que existen soluciones menos drásticas, que se puede excavar alrededor del árbol, podar aquella raíz que más sobresalga, construir una contención de hormigón y finalmente reparar la vereda.
Es un hecho por cierto que la vereda del ISAM nunca fue reparada, y por la simple técnica utilizada en su construcción, hoy dos décadas después ya sería tiempo de repararla, con o sin lapachos.
No faltó tampoco quién observara que el ISAM tiene la posibilidad física de donar por lo menos un metro de terreno para ensanchar la vereda, tal como lo hizo el hogar de ancianos a sólo unos metros de ese lugar, sobre la misma calle.
También hubo iniciativas como la de un alumno que utilizando la red social “facebook” creo una página con el título “Decile NO a los que quieren cortar los lapachos en Puerto Rico!!” y en solo 4 días (al momento de escribir esto) lleva 442 adhesiones de apoyo.
Pero el tema seguramente seguirá ocupando espacio en la opinión pública, y veremos de qué manera.
¿Soluciones? Seguramente habrá, después de todo los humanos nos caracterizamos por nuestro ingenio y la habilidad técnica, siempre que haya voluntad.
Julio Stang
Vecino de Puerto Rico
juliodemisiones@gmail.com
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