El Cementerio de los Manecos
El cementerio de los “manecos”, testimonio del aporte afro a Entre Ríos
Está ubicado en Ingeniero Sajaroff y es el sitio en que descansan los restos de un grupo de negros que huían de la esclavitud y llegaron a Entre Ríos alrededor de 1850. Se trabaja para rescatarlo del olvido.
El gobierno provincial encarará un programa de rescate del cementerio de los `manecos´, donde descansan los restos de integrantes de una serie de familias negras que llegaron al país desde Brasil hacia 1850 escapando de la esclavitud y que se afincaron en la zona de Ingeniero Sajaroff, en el departamento Villaguay.
Manuel Gregorio y Valentín se llamaban los dos esclavos brasileros que fugaron hacia nuestro país desde Brasil, en busca de los mejores horizontes que había abierto la declaración de “libertad de vientres”, por parte de la Asamblea de 1813. El segundo se asentó en la Colonia San Jorge, en el departamento Villaguay; y Gregorio prefirió seguir camino hasta Sajaroff, donde nacieron sus hijos Victoria, Juana, Sinforosa, Máximo y Félix.
Podría tratarse de un proceso inmigratorio más. Pero el caso tiene el menos dos particularidades: por un lado la existencia de un cementerio propio de la comunidad negra, algo poco frecuente sino único en el país; y por otro la relación con los colonos judíos que se asentarían más tarde en la zona.
“Hace tiempo que la gente de Villaguay sabe de la existencia de este cementerio, incluso hay un capítulo dedicado al tema en el libro ‘Tierra de promesas’. Pero creemos que es tiempo de ponerlo en valor, darle sistematicidad a toda la tradición oral y visibilizarlo”, destacó el ministro de Turismo, Adrían Fuertes.
Inspección. Ya se realizó una primera inspección al lugar, como prólogo de una serie de tareas que intentarán poner en valor el lugar y sistematizar el patrimonio cultural inmaterial de ese grupo.El Ministerio de Turismo de la provincia y la Secretaría de Cultura, a través del Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas `Antonio Serrano´, son los organismos que impulsan este rescate, con el apoyo de la Junta de Gobierno de Ingeniero Sajaroff y la Municipalidad de Villaguay y el acompañamiento de vecinos de la zona y familiares de los inmigrantes sepultados en el lugar.
El tradicionalmente conocido como `Cementerio de los negros´ (`Manecos´, en portugués) está ubicado a escasos metros del acceso a la localidad de Sajaroff, en un predio que donde se realizarán diversas mejoras tendientes a poner en valor el lugar.
El ministro Adrián Fuertes; la directora del Museo Serrano, Gisela Bahler; y el presidente de la Junta de Gobierno de Sajaroff, Jaime Velez, concretaron una recorrida por el camposanto, acompañados por Mireya Evangelista y Soledad Ramírez, familiares directos de los primeros inmigrantes.
También participaron el arqueólogo Alejandro Richard, quien próximamente conducirá una serie de investigaciones de campo para sistematizar la información existente sobre el caso, que hasta el momento sólo se ha mantenido en base a la tradición oral y a la curiosidad de algunos investigadores y aficionados a la historia de Villaguay, como Abraham Arcushin, Manuela Chiesa y Raúl Jaluf, y a las publicaciones efectuadas en el diario local El Pueblo.
Primeras acciones. Luego de la publicación del artículo en la edición del diario El Pueblo, de Villaguay, en alusión al estado de abandono que presentaba el terreno, personal de la junta de gobierno realizó durante un fin de semana una intensa tarea de desmalezado del predio.
Según contó Abraham Arcushin en la nota, el lugar alberga una interesante historia que se remonta a más de 200 años, cuando llegaron a la zona un par de familias de negros esclavos que huían del Brasil hacia la libertad que prometían las Provincias Unidas del Río de la Plata, a partir de las resoluciones de la llamada “Asamblea del año XIII”.
Allí se afincaron y, cumplido el inexorable ciclo de la vida, hicieron descansar sus restos en un mismo perímetro, situado a la vera del camino de acceso a La Capilla (hoy Sajaroff).
Pero el paso del tiempo y el abandono hicieron que ese emplazamiento quedara cubierto por el olvido y los yuyales. Afortunadamente, ha comenzado el camino de su recuperación.
Más allá del desmalezado (cuyos efectos muestran las imágenes), desde el ministerio de Turismo de Entre Ríos anunciaron que, conjuntamente con la junta de gobierno, pretenden “poner en valor” el predio, para lo cual prometieron restaurar el muro perimetral, instalar cartelería y colocar referencias al lugar en las rutas y caminos que lo circundan.
Histórico
“Tal vez por haberse decretado en nuestro país la libertad de vientres antes que en Brasil, podamos comprender el arribo a Entre Ríos de las familias de negros que se instalaron definitivamente en Ingeniero Sajaroff”, señala Abraham Arcushin en el texto `El cementerio de los Negros´.
Los negros llegaron a San José cruzando a pie el inconmensurable y peligroso Matto Grosso, desfilando hombres, mujeres y criaturas con los pies casi descalzos, ropas raídas y muy pocas pertenencias.
“Pero llevaban –sostiene Arcushin- en su pobre bagaje la máxima aspiración que un ser humano puede pretender: la esperanza de libertad. No sabían leer ni escribir, pero a sus oídos había llegado la noticia de que en las Provincias del Río de la Plata, la Asamblea del Año XIII decretó la libertad de vientres.
Su primera posta en la región fue la Colonia San Jorge, para luego radicarse definitivamente en Ingeniero Sajaroff (ex La Capilla). Allí consiguieron trabajo realizando tareas domésticas y rurales en las parcelas recientemente asignadas a los colonos judíos que llegaban desde Europa”.
Cuando se prioriza el deseo de libertad por sobre todas las cosas, los objetivos se cumplen y la vida en la naciente colonia transcurría en armonía. Los negros (“manecos” les decían, usando el término portugués) se instalaron en el “Corralón o Patio de los Negros”, abarcando dos manzanas de la localidad. Eran sólo integrantes de dos familias, pero muy numerosas.
Sus descendientes, señala Arcushin, aún recuerdan las alegres fiestas que realizaban danzando al compás de vibrantes tamboriles logrando que su cuerpo interprete el ritmo que emanaba del espíritu de sus antepasados afros.
Y como la vida cumple inexorablemente su ciclo, cuando terminaron sus días terrenos los primeros negros instalados en La Capilla su familia decidió que también los huesos que se desprendían de esas almas inquietas descansen todas juntas en un mismo lugar sagrado.
Así –explica el investigador villaguayense- se formó, a la vera del camino de entrada a La Capilla, el Cementerio de los Negros. Al crearse el Circuito de las Colonias Judías se decidió que este cementerio se incorporaría como atractivo ya que fue uno de los primeros en crearse y la comunidad judía le debe mucho a las laboriosas manos de los manecos.
*El lugar, referencia histórica en el circuito de las colonias judías, es testimonio de la convivencia étnica y cultural en el siglo XIX en Entre Ríos.
Fuente: Raùl Juan Josè Álvarez
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