La Flauta de Paikí de Julio Migno
LA FLAUTA DE PAIKÍ
La flauta de Paikí tenía una pena.
La flauta de Paikí ... ¡cómo lloraba!
Colmenar melodioso, llanto de indio,
cada celdilla armónica guardaba.
Paikí era un melancólico; tenía
algo de vegetal, y algo de humano;
toda su vida se escondió en la flauta,
novia en su triste soledad de pájaro.
Paikí, cuando a los vientos daba notas,
parecía que se iba desangrando.
Era el último vástago del toldo.
Su pueblo, agonizando,
se convocó a morir sin quejas,
de pie, pero cantando,
y el corazón del indio musiquero,
en su armonía azul se fue enjambrando.
La flauta de Paikí, tenía una pena.
La flauta de Paikí ... ¡cómo lloraba!
Arrecostado a la pared lo veo:
un perro y yo, escuchando ... le sobraba.
No lo vi más; destinos de romeros
por muy distintos rumbos nos lanzaron.
No lo vi más, pero escuche mi río
cada vez vi más cánticos,
más mensajes de estrellas en sus tardes,
sus idiomas de plata, más extraños,
con más rumor alado sus riberas,
su oleaje, en fin, con más dolor indiano,
más íntimas sus noches perfumadas,
y una humana presencia en sus barrancos.
"Ya no lo busques más, hermano mío",
dijo un zorzal;
"hace años,
Paikí y su flauta por aquí se fueron
y el San Javier se despertó cantando.
Paikí y su flauta por aquí se fueron;
No lo busques, hermano.
Con simientes de versos en los puños
me llegaré al barranco;
me perderé en las aguas bautismales
y esperaré al milagro
de ser, como el Bautista de mi tribu,
semillita de cánticos,
para que pueda germinar en alas
y compartir luceros con el árbol.
¡Cuanta falta le hace a mi tierra
hombres de flauta al labio!
¡Cuánto precisas, Argentina mía,
un puñado de pájaros!
VERSO DE JULIO MIGNO.
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