Santa Rita de la Esquina, Corrientes - Parte 5

DESDE EL PRINCIPIO DEL SIGLO HASTA LA DESTRUCCIÓN DE LA VILLA (1800-1839)

SANTA RITA DE LA ESQUINA, CORRIENTES

Todo lo que ocurre en este período se desarrolla en la primitiva ubicación y trazado del villorio organizado por D. Benito Lámela, quien según datos obtenidos por el Dr. J. A. Codazzi Aguérre falleció el 22 de junio de 1800, al año y un mes de haber visto cumplidos sus deseos de erigir y bendecir la Capilla en honor de Santa Rita de Casia, como ya lo vimos. Como veremos más adelante, legó una legua de campo para esa Capilla, según testamento reconocido muchos años después por sus herederos. Ante la desaparición física del propietario y donante de esas tierras, los vecinos allí afincados comenzaron a movilizarse para obtener que la villa o pueblo sea reconocido como tal y se le de permanente asistencia espiritual.




Cien años más tarde y basándose en versiones de antiguos pobladores que él conoció personalmente, 0. Juan Pablo Soto escribía:
"Delineado que estuvo el pueblo. Lámela indujo a los vecinos que en las cercanías se hallaban diseminados, sacaran sitios y poblaran ofreciéndoles en propiedad a los que así lo hicieran. Así empezó la fundación del pueblo, siendo sus primeros vecinos don Atanacio Quiroz, porteño, casado; don Juan Maubrí, español, casado; don Vicente Cano, correntino; don Juan Vicente Gallardo, correntino, casado; don Felipe Cano, correntino, casado; don Nicolás Cabral, porteño, soltero;don León Pons, santafecino, casado;don Nicolás Balbuena, paraguayo, casado;don Manuel Bordón, paraguayo, casado; don Antonio Silgueira, portugués, casado; don Domingo Costa, español, casado; don Cipriano González, porteño, casado; don Serapio Rojas, correntino, casado; don Javier Fernández, correntino, casado; don Lorenzo Sánchez, correntino, casado; don Bonifacio Sánchez, corren-tino, casado; general José López, (Chico), brasileño, casado y don Matías Carreras, español, casado. Estos fueron en más o menos número en aquel tiempo los fundadores del antiguo pueblo, cuyas modalidades en su mayor parte eran escasas y limitadas; habiendo además en las cercanías otros muy pobres, negros y mulatos".

Como se ve, en esos cien años, y además, como el censo fue hecho en 1803 y reconocido recién el pedido de los vecinos en 1806, hubo cambios en ese listado mencionado en primer lugar y que figura además en el mapa número 5, en más y en menos, o sea que algunos se retiraron y otros llegaron a la nueva población que nacía.


Continúa don Juan Pablo Soto: "El pueblo pasó muchos años en su vida estacionaria, sin adelantar un solo paso, tanto por la falta de habitantes en el país como por la mezquindad de su comercio e industrias: sus campos aunque estaban cubiertos de haciendas, vacuno y yeguarizo, valían tan poco que no se exportaba para ningún punto; siendo los cueros que entonces valían dos reales, el único artículo de comercio". Desde ese año de 1806 el poblado, pese a la precariedad de sus posibilidades económicas, continúa desarrollando su vida de pueblo del interior, alejado de los centros de cultura y de resoluciones políticas importantes.

Un hecho que no podemos dejar de mencionar es el fallecimiento de D. Santiago Lámela, ocurrido el 2 de agosto de 1810, según información de O. Matías Carreras al Obispo Lué y Riega. Era hijo de don Benito y su único heredero. El 6 de setiembre de ese mismo año, el mismo D. Matías decía al Obispo: "Hasta el presenta no se ha practicado deslinde y amojonamiento del indicado terreno" (donado por Lámela, Leg.269 y 289 de la Curia Metropolitana. Dato aportado por el Dr. Codazzi Aguirre). Cuando el general Manuel Belgrano pasó por Corrientes, nombró diputado por la Villa Santa Rita de Esquina a D. Pascual Ferreira, quien viajé a Buenos Aires con los delegados de Artigas y como ellos fue rechazado por ser villa pequeña.

El 6 de abril de 1811 una escuadrilla española penetró por el Aguarachaí para amedrentar a la población del lugar.

Para el Primer Congreso Provincial, convocado por los partidarios de Artigas, y que inició sus sesiones el 11 de junio de 1814, fue designado en asamblea pública el representante de Esquina, designación que recayó en Dn. Francisco Javier Lagraña. Por Curuzú Cuatiá fue elegido el capitán José Cayetano Martínez, quien "En 1805, a los 32 años de edad figura como uno de los "dueños de casa y estancia" en el departamento de Esquina, en el empadronamiento de la población ordenado por el obispo Lué y ejecutado por el presbítero Pedro Nolasco Hidalgo". Este último diputado fue asesinado el 28 de agosto de 1814, tan pródigo en acontecimientos para Corrientes.

Ese mismo año el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata decretó la creación de las provincias de Entre Ríos y Corrientes, y estableció como límites entre ambas "la línea que entre los ríos Paraná y Uruguay forman el río Corriente en su afluencia con aquél hasta el arroyo Aguarachaí, y este mismo arroyo con el Curuzú Cuatiá hasta su afluencia con el Miriñay, en las inmediaciones del Uruguay". Esta delimitación, que dejaba a Esquina y Curuzú Cuatiá en la jurisdicción entrerriana, fue reclamada por e! Cabildo Correntino, pero la solución fue demorada hasta que en 1821, por disposición del Congreso Constituyente provincial, con fecha 29 de noviembre, se incorporó oficialmente a los diputados por los departamentos a ese Congreso.

Con su adhesión a Artigas, Corrientes se vio aislada del resto del país, dada la intransigencia porteña hasta ese mencionado año 1821, cuando se declara que Corrientes integra sin restricciones la unidad nacional. El 30 de julio de 1820, Pedro Campbell, dirigiendo una flotilla artiguista enfrentó a otra porteña ante el puerto de Esquina. En las barrancas de esta ciudad, cuando se construía la vieja usina de electricidad, se encontraron restos humanos sepultados uno al lado del otro, que se supone eran los hombres de Campbell que perecieron en el combate.

Cuando Francisco Ramírez organizó el 29 de noviembre de 1820 la República Entrerriana, de nuevo incluyó a Esquina en el Departamento de Paraná. Lorenzo Vega representante de Esquina ante el Congreso de Paraná, sostuvo con firmeza que Esquina pertenecía a Corrientes, según instrucción hecha llegar por José Simón García de Cossio por intermedio de Francisco Javier Lagraña. Según el Censo de la República Entrerriana, en 1821 Esquina tenía en la campaña 2.095 habitantes, de los cuales 930 eran mayores y 1.165 menores y en Santa Rita 907 habitantes, de los cuales 427 eran mayores y 480 menores.

El Supremo Entrerriano visitó Esquina (entonces Santa Rita) el 16 de marzo de 1821, como lo hacía para establecer contacto personal con los pobladores de su Estado. Después de su derrota y muerte del Supremo Entrerriano, Corrientes recuperó su autonomía, se convocó al Congreso provincial y en su Ley No. 2 del 27 de noviembre éste reafirmó la unidad territorial de la provincia que atentaba la incorporación de los departamentos de Esquina y Curuzú Cuatiá a Entre Ríos, decretada en 1820 por el General Ramírez . Dos días más tarde, como lo dijimos antes, por Ley No. 3 del 29 de noviembre, dispuso la elección de diputados por los departamentos antes mencionados y reivindicando la soberanía provincial sobra ellos.

El 8 de febrero de 1825 se reglamentaron las operaciones de aduana en Goya y Esquina. Por ley del 17 da diciembre de ese mismo año se estableció que "...Sólo los puertos de esta Capital, de Goya, Bella Vista y Esquina son habilitados para toda introducción de efectos y frutos del comercio en la provincia, quedando por ahora prohibido se haga por ningún otro puerto o punto terrestre bajo las penas que las leyes señalan a los contraventores". El 22 de enero de 1830 se dictó una ley por la que se autorizaba para que en los puertos da Bella Vista y Esquina pudiesen residir extranjeros, además de los de le Capital y de Goya que ya contaban con esa autorización.

Primera destruccion
Pasaron seis años desde la creación de la Parroquic Los habitantes vivían pacíficamente entregados al cultivo de sus tierras y al cuidado de su escaso ganado, cuando el 16 de noviembre de 1839 -como consecuencia de la derrota del ejército correntino en Pago Largo, que dejó desguarnecido el sur de la provincia, fueron atacados por sorpresa por soldados de una partida entrarriana encabezada por Bailón Cabral (lamentablemente era esquínense) y Santa Rita fué totalmente destruida por primera vez, en el único caso ocurrido en las luchas internas argentinas, pese a la heroica resistencia del Alférez Solano Saucedo y sus hombres.

Del libro de la Parroquia se extraen preciosos relatos asentados por Fray Bernardo, única fuente informativa de esos dramáticos momentos vividos por los esquinantes.
"1839. Nbre. 17 sepulté e hice el entierro menor rezado de gratis al Alférez Dn Solano y un ordenanza suyo que murieron en el ataque de! día anterior cuando fue saqueado este pueblo, y por verdad lo firmo".
"1839. Nbre. 17 muy temprano fuimos con el señor Mayordomo y el Yacaré (Dn. José Atanacio Senté Cruz, según otros apuntes) a observar la cepilla, estaba toda destruida y la Sta. por tierra, rota y con barro se vio con asombro que la cabeza y las manos ningún detrimento habían padecido, con lo cual le acomodamos unas tablilla; para juntar los miembros, y la conduje reverententemente".
Esa imagen que reconstruyó fray Bernardo es la misma que actualmente se venera en Esquina, vestida muchos años después con espléndidos trajes que la piedad de las feligresas Francisca Cabrera, Jacinta Fernández de Soto y María de la Paz Carreras de Quiroz le regalaron en diversos años.

El villorio de Santa Rita quedó totalmente destruido y sus habitantantes debieron marcharse en distintas direcciones, con la esperanza do regresar nuevamente. Y así lo hicieron, poco a poco, y muchos de ellos ya estaban de vuelta en abril de 1840, como !o atestigua fray Bernardo: "1840. Hasta el mes de abril no se compró ni gastó nada en la Iglesia por haber estado ausente los cuatro meses a causa de la despoblación que hicimos por disposición del gobierno anterior".

Pero no había de vivir mucho tiempo en paz Santa Rita: en agosto de ese mismo año fue asaltada nuevamente la población y muerto gran parte de sus vecinos. Entonces vino la orden compulsiva del gobierno de abandonar definitivamente el lugar, que más que pueblo era entonces un montón de ruinas. De este hecho deja constancia fray Bernardo: "1840. 5 de agosto, por segunda vez tuvimos que abandonar la Esquina. Llevé la sagrada imagen de.nuestra Patrona, este montón de fojas oficiales de la Parroquia nos separamos con !a bendición da la Sta. "Pero pocos días antes habia escrito: "1840. El día 31 (da julio) sepulté e hice entierro menor a mi pobre hermano Dn. Florencio Diez, que murió cristianamente de resultas de las heridas que recibió en la desgraciada acción de Pago Largo".

Dice el Pbro. Dr. Arturo María Arribillaga en la página 43 del Libro del Centenaria de la Parroquia de Santa Rita de Esquina: "Nos hablan, por fin, estos apuntes de Fray Bernardo de sucesos trágicos, de horas guerreras en las que los vecinos de Santa Rita ofrendaron el tributo de su sangre en fraticidas luchas. Son frases cortas y dolientes en las que escucharse parece todavía, a través de una centuria, el redoble funeral de los tambores en la noche acongojada de Pago Largo"..." Así eran aquellos hombres, nuestros antepasados...se daban por entero a la Patria. Florencio, en el holocausto cruento de su ser; Bernardo en el tributo incruento, pero no menos doloroso y viril, de sus fatigas, de sus sacrificios, de tus inmolaciones por el bien común". "Asi eran nuestros mayores. Ellos lo daban todo a la Patria, sin pedirle nada. Nosotros, en cambio, le pedimos todo a la Nación, sin que muy poco o nada le demos".

Así completamos esta parte de la historia de Santa Rita de la Esquina, con su poblado destruido y su población diseminada por los campos vecinos y algunos que nunca más regresaron al lugar.

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