Ruinas de La Forestal, un enclave a cielo abierto
Ruinas de La Forestal, un enclave a cielo abierto para conocer la historia del norte de Santa Fe
En la localidad de Villa Ana, ubicada a 439 kilómetros de la ciudad de Santa Fe, una inmensa fábrica abandonada a mediados del siglo XX invita a reflexionar sobre lo que significó la explotación comercial del quebracho para el norte de la provincia.
Una solitaria, pero imponente torre de ladrillos interrumpe el vasto horizonte verde que regala el camino en el norte de la provincia de Santa Fe. Su presencia es tan magnética que provoca una misteriosa fascinación a medida que uno se va acercando. Con 123 años de vida, forma parte de las ruinas de la ex fábrica La Forestal de la localidad de Villa Ana y se convirtió en testigo silenciosa de la historia.
El predio donde funcionó la fábrica de tanino durante 47 años (1910 – 1957) se encuentra en el ingreso al pueblo —ubicado sobre la ruta provincial 32S— a pocos metros del arco que da la bienvenida. En la actualidad, lo que queda en pie del edificio ocupa un poco más de dos hectáreas de extensión. Sin embargo, un cartel apostado en la entrada da cuenta que los límites físicos y geográficos se extendían mucho más.
En el mismo sitio donde hace 100 años el movimiento de trabajadores era incesante y el ruido de las máquinas se volvía enloquecedor, hoy hay silencio y quietud. Pequeños árboles crecen en espacios abandonados que antes solían ocupar grandes ventanales y solo los pájaros se atreven a quebrar con su canto la calma que se respira.
Al recorrer los diferentes pasillos y salones de la fábrica se puede advertir la arquitectura de tradición funcional inglesa de la época. Se trata de una construcción simple y sólida que no presenta ornamentación alguna. Está hecha de ladrillos a la vista y, aunque ya no tiene cubierta, se puede apreciar la estructura de hierro que sostenía el techo a dos aguas.
El lugar donde funcionaba el sistema energético de la fábrica se puede reconocer con facilidad. Grandes bloques de cementos con tornillos oxidados dan cuenta de que allí reposaron las calderas, bombas y maquinarias pesadas necesarias para transformar el quebracho en tanino. Además, resisten al paso del tiempo aquellos sectores que alguna vez fueron oficinas administrativas y parte del sistema productivo. En total, solo quedan 11 salas de las 26 que componían el poderoso predio fabril.
Dentro de esa fábrica en ruinas, las nuevas generaciones también dejaron su huella. Dos grandes murales emergen de manera imprevista a través de ese laberinto de paredes a cielo abierto. Son homenajes para figuras trascendentales del norte santafesino: los hacheros y los trabajadores que murieron en las revueltas de 1921
Un símbolo que trasciende el tiempo
La ‘Joya de la Corona’ es la imponente chimenea de setenta metros de altura que se ve a kilómetros de distancia. Primero fue un símbolo del poderío de la empresa británica La Forestal y ahora es un orgullo para los habitantes de Villa Ana. Es parte de la identidad del pueblo.
Construida en 1910, está hecha íntegramente de ladrillos. La gran base de forma octogonal sostiene la torre que alcanza una importante altura. Además, para reforzar la estabilidad de la chimenea, tiene enormes bridas metálicas a lo largo de toda la estructura. Finalmente, la cúspide presenta un adorno de hierro curvado con el que se buscó representar la Corona de la Reina de Inglaterra.
Tras varios años sin mantenimiento, la chimenea de La Forestal fue restaurada a principios de 2023 para poder seguir siendo una testigo silenciosa de la historia de Villa Ana y del norte de la provincia de Santa Fe por otros 123 años más.
Villa Ana, pueblo forestal
Villa Ana está en el departamento General Obligado, a 27 kilómetros al oeste de Villa Ocampo y a 45 kilómetros al sur de Villa Guillermina, dos de las localidades más cercanas. Ubicada en la Cuña Boscosa santafesina, es uno de los denominados “pueblos forestales” que fundó la empresa británica La Forestal en el medio de los espesos montes de quebracho para su explotación comercial.
De hecho, fue el último enclave productivo fundado por la compañía británica en 1910 a través de las incursiones del ingeniero Lorenzo Guller. Le encomendaron encontrar una zona con agua potable para instalar una fábrica de tanino y Campo Redondo —como se conocía en ese entonces a la zona— fue el sitio ideal
Alrededor de ese monstruoso complejo industrial se formó el caserío que dio origen a Villa Ana. Y en la actualidad, 123 años después, el pueblo mantiene la arquitectura de estilo inglés que lo caracterizó. El hospital, la comisaria, la escuela y la gran mayoría de las viviendas particulares presentan el típico techo a dos aguas y tienen grandes galerías externas.
Las ruinas de la ex fábrica La Forestal son un Monumento Histórico Provincial de Santa Fe desde 1999. Esas grandes murallas de ladrillos son el testimonio del aprovechamiento de un recurso natural como el quebracho. Lejos de querer olvidar, los habitantes de Villa Ana valoran su patrimonio, no por su origen, sino porque lo que significa: mantienen viva la memoria colectiva y eso es la base para construir un futuro mejor.
Fuente: Aire Santa Fe
En la localidad de Villa Ana, ubicada a 439 kilómetros de la ciudad de Santa Fe, una inmensa fábrica abandonada a mediados del siglo XX invita a reflexionar sobre lo que significó la explotación comercial del quebracho para el norte de la provincia.
Una solitaria, pero imponente torre de ladrillos interrumpe el vasto horizonte verde que regala el camino en el norte de la provincia de Santa Fe. Su presencia es tan magnética que provoca una misteriosa fascinación a medida que uno se va acercando. Con 123 años de vida, forma parte de las ruinas de la ex fábrica La Forestal de la localidad de Villa Ana y se convirtió en testigo silenciosa de la historia.
El predio donde funcionó la fábrica de tanino durante 47 años (1910 – 1957) se encuentra en el ingreso al pueblo —ubicado sobre la ruta provincial 32S— a pocos metros del arco que da la bienvenida. En la actualidad, lo que queda en pie del edificio ocupa un poco más de dos hectáreas de extensión. Sin embargo, un cartel apostado en la entrada da cuenta que los límites físicos y geográficos se extendían mucho más.
En el mismo sitio donde hace 100 años el movimiento de trabajadores era incesante y el ruido de las máquinas se volvía enloquecedor, hoy hay silencio y quietud. Pequeños árboles crecen en espacios abandonados que antes solían ocupar grandes ventanales y solo los pájaros se atreven a quebrar con su canto la calma que se respira.
Al recorrer los diferentes pasillos y salones de la fábrica se puede advertir la arquitectura de tradición funcional inglesa de la época. Se trata de una construcción simple y sólida que no presenta ornamentación alguna. Está hecha de ladrillos a la vista y, aunque ya no tiene cubierta, se puede apreciar la estructura de hierro que sostenía el techo a dos aguas.
El lugar donde funcionaba el sistema energético de la fábrica se puede reconocer con facilidad. Grandes bloques de cementos con tornillos oxidados dan cuenta de que allí reposaron las calderas, bombas y maquinarias pesadas necesarias para transformar el quebracho en tanino. Además, resisten al paso del tiempo aquellos sectores que alguna vez fueron oficinas administrativas y parte del sistema productivo. En total, solo quedan 11 salas de las 26 que componían el poderoso predio fabril.
Dentro de esa fábrica en ruinas, las nuevas generaciones también dejaron su huella. Dos grandes murales emergen de manera imprevista a través de ese laberinto de paredes a cielo abierto. Son homenajes para figuras trascendentales del norte santafesino: los hacheros y los trabajadores que murieron en las revueltas de 1921
Un símbolo que trasciende el tiempo
La ‘Joya de la Corona’ es la imponente chimenea de setenta metros de altura que se ve a kilómetros de distancia. Primero fue un símbolo del poderío de la empresa británica La Forestal y ahora es un orgullo para los habitantes de Villa Ana. Es parte de la identidad del pueblo.
Construida en 1910, está hecha íntegramente de ladrillos. La gran base de forma octogonal sostiene la torre que alcanza una importante altura. Además, para reforzar la estabilidad de la chimenea, tiene enormes bridas metálicas a lo largo de toda la estructura. Finalmente, la cúspide presenta un adorno de hierro curvado con el que se buscó representar la Corona de la Reina de Inglaterra.
Tras varios años sin mantenimiento, la chimenea de La Forestal fue restaurada a principios de 2023 para poder seguir siendo una testigo silenciosa de la historia de Villa Ana y del norte de la provincia de Santa Fe por otros 123 años más.
Villa Ana, pueblo forestal
Villa Ana está en el departamento General Obligado, a 27 kilómetros al oeste de Villa Ocampo y a 45 kilómetros al sur de Villa Guillermina, dos de las localidades más cercanas. Ubicada en la Cuña Boscosa santafesina, es uno de los denominados “pueblos forestales” que fundó la empresa británica La Forestal en el medio de los espesos montes de quebracho para su explotación comercial.
De hecho, fue el último enclave productivo fundado por la compañía británica en 1910 a través de las incursiones del ingeniero Lorenzo Guller. Le encomendaron encontrar una zona con agua potable para instalar una fábrica de tanino y Campo Redondo —como se conocía en ese entonces a la zona— fue el sitio ideal
Alrededor de ese monstruoso complejo industrial se formó el caserío que dio origen a Villa Ana. Y en la actualidad, 123 años después, el pueblo mantiene la arquitectura de estilo inglés que lo caracterizó. El hospital, la comisaria, la escuela y la gran mayoría de las viviendas particulares presentan el típico techo a dos aguas y tienen grandes galerías externas.
Las ruinas de la ex fábrica La Forestal son un Monumento Histórico Provincial de Santa Fe desde 1999. Esas grandes murallas de ladrillos son el testimonio del aprovechamiento de un recurso natural como el quebracho. Lejos de querer olvidar, los habitantes de Villa Ana valoran su patrimonio, no por su origen, sino porque lo que significa: mantienen viva la memoria colectiva y eso es la base para construir un futuro mejor.
Fuente: Aire Santa Fe
SOY VILLA ANENSE TODOS LOS AÑOS VOY A MI PUEBLO
ResponderBorrarEn paraje llamada las Mercedes sobre ruta 11 unas 11 kilómetros antes d llegar a villa ocampo ay una de esas chimeneas también
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