La Masacre de Napalpí. Chaco, Argentina
La Masacre de Napalpí fue una matanza cometida por una fuerza de más de cien hombres de la Policía Nacional de Territorios de la Argentina, en la que resultaron asesinadas entre quinientas y mil personas pertenecientes a los pueblos Qom y Mocoví-Moqoit.
El 19 de julio de 1924 en el paraje El Aguará, en cercanías de la reducción aborigen Napalpí, ubicada en el entonces territorio nacional del Chaco. La masacre fue cometida por fuerzas policiales nacionales, con participación de civiles, bajo órdenes del gobernador Fernando Centeno, quien se hallaba bajo supervisión directa del presidente Marcelo Torcuato de Alvear, perteneciente de la Unión Cívica Radical (UCR). Junto con la Masacre de Rincón Bomba perpetrada en octubre de 1947 durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón contra la nación pilagá, la Masacre de Napalpí y la anteriormente mencionada son las masacres de mayor magnitud cometidas contra pueblos originarios en la República Argentina durante el siglo xx.
En 1924, el radical Marcelo T. de Alvear era el presidente de Argentina, democráticamente elegido en 1922. El territorio nacional del Chaco se perfilaba como el primer productor nacional de algodón. Alvear nombró como gobernador del Territorio Nacional del Chaco al estanciero algodonero y político radical Fernando Centeno.
La Reducción Indígena de Napalpí, a ciento veinte kilómetros de Resistencia, era un espacio de sometimiento donde los indígenas eran obligados a trabajar en condiciones de semi-esclavitud. En julio de 1924, las comunidades qom y mocoví se declararon en huelga; denunciaban los maltratos y la explotación de los terratenientes, y planeaban marchar a los ingenios azucareros de Salta y Jujuy. Pero el gobernador Fernando Centeno les prohibió abandonar Chaco y, ante la persistencia indígena, ordenó la represión.
“La masacre se llevó a cabo en un espacio de control social implementado por el estado argentino que formaba parte de un sistema concentracionario de indígenas en las provincias de Chaco y Formosa. Un sistema de explotación basado en el trabajo indígena que funcionó entre 1911 y 1956 y llegó a tener reducidas a más de 7000 personas”.
La represión se llevó a cabo por parte de la Gendarmería de Línea, la policía territorial e incluyó la utilización de un avión que disparó desde el aire. La matanza continuó varios días con las fuerzas policiales persiguiendo y asesinando a los sobrevivientes que habían podido escapar y terminó con muchos cuerpos quemados en fosas comunes.
La cantidad de personas fallecidas aún es tema de investigación. Sin embargo, a partir de los testimonios que se pudieron rescatar, serían más de 500, incluídos niños que también eran explotados en las reducciones.
El 19 de julio de 1924 en el paraje El Aguará, en cercanías de la reducción aborigen Napalpí, ubicada en el entonces territorio nacional del Chaco. La masacre fue cometida por fuerzas policiales nacionales, con participación de civiles, bajo órdenes del gobernador Fernando Centeno, quien se hallaba bajo supervisión directa del presidente Marcelo Torcuato de Alvear, perteneciente de la Unión Cívica Radical (UCR). Junto con la Masacre de Rincón Bomba perpetrada en octubre de 1947 durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón contra la nación pilagá, la Masacre de Napalpí y la anteriormente mencionada son las masacres de mayor magnitud cometidas contra pueblos originarios en la República Argentina durante el siglo xx.
En 1924, el radical Marcelo T. de Alvear era el presidente de Argentina, democráticamente elegido en 1922. El territorio nacional del Chaco se perfilaba como el primer productor nacional de algodón. Alvear nombró como gobernador del Territorio Nacional del Chaco al estanciero algodonero y político radical Fernando Centeno.
La Reducción Indígena de Napalpí, a ciento veinte kilómetros de Resistencia, era un espacio de sometimiento donde los indígenas eran obligados a trabajar en condiciones de semi-esclavitud. En julio de 1924, las comunidades qom y mocoví se declararon en huelga; denunciaban los maltratos y la explotación de los terratenientes, y planeaban marchar a los ingenios azucareros de Salta y Jujuy. Pero el gobernador Fernando Centeno les prohibió abandonar Chaco y, ante la persistencia indígena, ordenó la represión.
“La masacre se llevó a cabo en un espacio de control social implementado por el estado argentino que formaba parte de un sistema concentracionario de indígenas en las provincias de Chaco y Formosa. Un sistema de explotación basado en el trabajo indígena que funcionó entre 1911 y 1956 y llegó a tener reducidas a más de 7000 personas”.
La represión se llevó a cabo por parte de la Gendarmería de Línea, la policía territorial e incluyó la utilización de un avión que disparó desde el aire. La matanza continuó varios días con las fuerzas policiales persiguiendo y asesinando a los sobrevivientes que habían podido escapar y terminó con muchos cuerpos quemados en fosas comunes.
La cantidad de personas fallecidas aún es tema de investigación. Sin embargo, a partir de los testimonios que se pudieron rescatar, serían más de 500, incluídos niños que también eran explotados en las reducciones.
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